jueves, 9 de julio de 2020

Pos Cuarentena, ¿Como retornamos?


Avanzado el manejo de la crisis covid19 en Chile, y como resultado de la gestión desarrollada por las autoridades, la reducción de los indicadores y tasas de incidencia, avizoran un probable inicio del término progresivo de las cuarentenenas en nuestro país, con el correspondiente desconfinamiento y retorno en su mayoría, a los lugares de trabajo.

Considerando lo anterior, las empresas por medio de sus Comité de Crisis, deberán planificar este retorno de manera ordenada segura, a fin de poder ir retomando su continuidad de negocio y/u operacional, bajo condiciones estándar.

Para esto, el objetivo es poder "Garantizar el retorno a funciones, de manera segura, escalable y programada", permitiendo así, reducir el potencial riesgo de rebrote de contagio al interior de la organización.

Dentro de las variables que deberán considerar encontramos: Personas, Infraestructura, Proveedores, Regulaciones entre otras, las cuales definirán una serie de estrategias, tareas e incluso controles, para asegurar el cumplimiento del objetivo.

En este aspecto, actualmente nos encontramos trabajando el desarrollo de esta planificación, para que nuestros clientes se encuentren preparados una vez que tengan que retomar las actividades y funciones, en sus oficinas corporativas.

Si requieres mayor información y trabajar en esto, no dudes en contactarnos en 
contacto@emergencyresponse.cl  

o visítanos en www.emergencyresponse.cl .

lunes, 4 de diciembre de 2017

Gestión y manejo de crisis, una mirada estratégica y transversal


Gestión y manejo de crisis, una mirada estratégica y transversal
Ramiro Castro
Emergency Response Consulting, Chile
RESUMEN
Históricamente, las crisis han sido, son y seguirán siendo, un riesgo asociado a las organizaciones, las cuales, al no ser bien manejadas, pueden afectar sus operaciones, su reputación y porque no, la continuidad de ésta en el futuro, perdiendo credibilidad, generando una caída de sus ingresos y por ende, afectando finalmente su Estado de Resultados.
En lo general, independiente de cómo cataloguemos cada evento, siempre que tengamos una crisis, enfrentaremos interrogantes como ¿Qué hago ahora?, ¿Cómo me organizo?, ¿A quién y qué aviso?; ¿Y las víctimas y sus familiares?, ¿Qué recursos tengo o puedo utilizar? Y otras propias de este tipo de situaciones
Entonces debo preguntarme, ¿Está mi organización preparada?, ¿Tengo un Comité de Crisis definido y entrenado?, ¿Quién lidera?, ¿Es solo manejo comunicacional?
Por esto, no sólo requeriremos programas de calidad, prevención y seguridad, sino del desarrollo organizado de una política clara que permita; la identificación de sus riesgos y su potencial impacto sobre la organización, generar una estructura de respuesta, una planificación detallada y documentada, una coordinación permanente con stakeholders, y finalmente; un conocimiento integrado a través de la capacitación y el entrenamiento, que permita disponer de un elemento diferenciador cuando una crisis nos golpee.
Podríamos hablar interminablemente sobre esto y también nombrar un sinfín de situaciones, pero la invitación es a desarrollar un trabajo sistémico y trasversal aplicando un modelo flexible y de acuerdo a los riesgos y necesidades de cada organización, que permita asegurar la continuidad operacional de los procesos productivos y logísticos involucrados y una oportuna y eficiente recuperación.
Las crisis son imprevistas, no avisan, sólo golpean, por lo que es necesario estar preparados.

Palabras clave: gestión; crisis; recuperación; continuidad; operaciones.


INTRODUCCIÓN
Gestión de crisis y respuesta a emergencias, ¿estamos preparados?
Los eventos catastróficos de origen natural y/o provocados por el ser humano que han afectado a las empresas y/o Gobiernos en los últimos 10 años, nos imponen detenernos por un momento, reflexionar y analizarlos, a fin de que de manera introspectiva, nos dé la oportunidad de aprender y enmendar lo mucho que queda por realizar en materia de planificación y entrenamiento, para enfrentar una Crisis.
En consecuencia, los eventos ocurridos en los últimos años en nuestro país tales como; influenza, AH1N1, pandemias, terremotos, erupciones, e incluso Tsunami, Accidentes de alto impacto en diversas industrias; en algunos casos solucionados con éxito y en otros lamentablemente con causas fatales; pusieron a prueba la capacidad de liderazgo, de organización y de toma de decisiones en cada una de ellas.
Solo como antecedente, solo los desastres naturales generan pérdidas por unos 300 mil millones de dólares al año (UNISDR - ONU 2013).
La brecha evidenciada, es que si bien hoy en día las Organizaciones invierten millones en sus Planes de Seguridad y de Prevención, muy pocas lo hacen en Planificar y Prepararse para enfrentar su peor escenario. Lo anterior debido a que el riesgo de ocurrencia de un accidente siempre estará presente en cada proceso.
Reforzando lo anterior, podemos definir que una Crisis puede presentarse en cualquier empresa, compañía, industria, reparticiones de Gobierno u otras organizaciones. Que permanentemente estamos expuestos a estas situaciones, las que normalmente no se encuentran consideradas en los programas y procedimientos operativos de una empresa. Y lo más importante es, que una Crisis mal administrada, puede comprometer la continuidad y permanencia de la organización en el futuro.
Por lo tanto, el contar con anterioridad con una planificación detallada, coordinada y entrenada, permitirá a cada Organización, disponer de un elemento diferenciador al momento de que una crisis golpee a ésta, permitiéndole definir claramente los pasos a seguir para administrar las situaciones generadas, manteniendo la continuidad del negocio y minimizando el impacto de la imagen de su empresa ante la opinión pública. Además de convertirse en un referente como organización responsable, que se prepara para minimizar sus impactos, mejorar su resiliencia y, en definitiva, asegurar la continuidad de sus servicios para su red de clientes, sin duda un gran valor agregado a su reputación.
METODOLOGÍA
La metodología utilizada en la gestión y el manejo de crisis, debe considerar una mirada en trescientos sesenta grados, a modo que permita considerar e integrar el máximo de variables que entran en acción al momento que un incidente crítico, golpea nuestras operaciones.
Su aplicación y desarrollo tiene como base la identificación de los riesgos de la operación tanto de su impacto hacia el interior de la organización, como hacia el exterior (ISO 31000 - International Organization for Standardization), es decir, analizando las dependencias externas que puedan generarnos impactos en nuestra operación, como aquellas afectaciones que nuestra organización puede generar hacia el exterior, permitiendo de esta manera dar cumplimiento a una mirada holística de trescientos sesenta grados indicado en párrafo anterior.
Podremos darnos cuenta entonces, que el manejo, gestión y administración de una emergencia declarada, no es resultado del azar y/o de la improvisación, sino que obedece a una Planificación detallada, coordinada, difundida y entrenada al interior de las organizaciones, características que al estar visualizadas y trabajadas en conjunto y con anterioridad, marcarán el éxito o fracaso de una buena respuesta (ISO 22320 - International Organization for Standardization).
Es así que toda planificación debe considerar; políticas, estructuras, roles, infraestructura y lo más importante, un programa que permita una difusión en todos los niveles de la compañía, haciendo de la respuesta un elemento crítico, que le permita definir claramente los pasos a seguir para administrar las situaciones generadas, manteniendo la continuidad del negocio y minimizando el impacto de la imagen ante la opinión pública (ISO 22301 - International Organization for Standardization).
Para entender con mayor claridad lo anterior, analizaremos el cómo la identificación de nuestros riesgos, darán origen a un sistema ordenado, coordinado, escalado y eficiente.
En esta, podemos distinguir que partiendo de la identificación de nuestros riesgos, facilitaremos el análisis de impactos y acciones de mitigación, veamos.
  Impacto:          la finalidad de esta línea, es asumir que el riesgo se va a manifestar y va a afectar la operación. En resumen, acá se proyecta el impacto que puede tener, y en base a esto, se establecen tres niveles de alerta que permiten estructurar el SIGMC considerando los conceptos de Oportunidad, Escalamiento y Uso eficiente de los recursos.
 De esta manera se genera una Matriz de Alerta, que permite activar y movilizar los recursos, de acuerdo a lo que se está viviendo, dimensionando correctamente y evitando una exageración o una deficiencia en la respuesta.
Mitigación:    acción normalmente desarrollada por las empresas una vez identificados sus riesgos y que tiene como finalidad establecer el nivel de criticidad de éstos riegos para la operación, calificándolos en criticidad alta, criticidad media y/o criticidad baja.
De esta manera una vez establecida esa criticidad, se elabora un plan que permita realizar las inversiones
necesarias a fin de reducir o mitigar la probabilidad de que el riesgo se concrete y afecte a la operación. 
Aclarado y entendido lo anterior, pasaremos a revisar y explicar cómo opera el Sistema Integral de Gestión y Manejo de Crisis (SIGMC).

Modelo Sistema Integral de Gestión y Manejo de Crisis (SIGMC)
Castro, R./Emergency Response consulting (2014), El Modelo de Gestión, http://emergencyresponse.cl/web/ (5)

El modelo considera ocho dimensiones cuales se encuentran relacionadas entre sí y se movilizan de manera independiente a medida que la crisis avanza.
Dirección: esta dimensión considera la estructura que dirigirá y gestionará la crisis, el equipo asesor, la documentación y la asignación de recursos especiales. Normalmente se refleja en base a un Comité de Crisis, liderado por un Director de Crisis y, asesorado por los representantes de cada área participante (4).
Estrategia Comunicacional: define cual será la estrategia comunicacional y sus acciones correspondientes en el corto, mediano y largo plazo: el relacionamiento con las autoridades, el acercamiento y relación con sus stakeholders y, las acciones concretas con las comunidades afectadas (Fearn – Banks 2011).
Asistencia Humanitaria: esta dimensión cobra especial relevancia por lo delicado que significa el trato hacia las víctimas y familiares afectadas por la crisis (Coarsey, C, 2004). Cabe indicar que las crisis son sostenidas en el tiempo, por los dos grupos identificados anteriormente.
Estructura: la estructura busca dar un ordenamiento a cada respuesta a crisis, lo que permite la correcta asignación y uso de los recursos que cuenta la organización, sin restricción y sin excesos. Para esto se establecen tres niveles, los cuales se encuentra directamente relacionados con su Matriz de Riesgo, Nivel de Alertamiento y Proceso de activación ante una crisis. Estos en lo general son:
·       Nivel Estratégico: formado por el Top Management y con la función de apoyar al nivel de Mando en toda situación que sobrepase o no esté relacionada en forma directa con la emergencia.
·       Nivel Organizacional: formado por Ejecutivos de la línea operacional y técnica, y su función está limitada a encapsular, administrar y decidir sobre las acciones a seguir en la respuesta a la emergencia, evitando a que se transforme en una crisis.
·       Nivel Operacional: de ejecución, conformado por mandos medios, supervisores y roles administrativos, con la función de coordinación y soporte directo en la zona de la emergencia.
Logística: identificados los impactos de cada riesgo, esta dimensión permite proyectar los recursos necesarios principales y/o críticos que debe disponer la organización al momento de enfrentar una crisis. Lo anterior permite planificar la relación con nuestros proveedores críticos a fin de disponer de ellos las 24 horas, o en su efecto, disponer de alianzas y cartas de acuerdo con anterioridad, reduciendo los trámites administrativos en plena crisis.
Marco Regulatorio: la relevancia que implica el marco regulatorio al que enfrentaremos en una crisis, es crucial para el correcto análisis y toma de decisión, evitando caer en faltas o delitos legales, protegiendo de esta manera al Gobierno Corporativo, así como la reducción o control de las potenciales demandas.
Difusión y Sensibilización: No existe mejor manera de estar preparados que desarrollar programas de difusión y capacitación al interior de la organización, manteniendo de esta manera tanto al sistema de respuesta como a cada integrante, preparado y con conocimiento de sus responsabilidades, permitiendo ser un aporte al momento de enfrentar una crisis (Phelps, R. 2010) .
Plan de Pruebas: y nuestra {ultima dimensión, tiene relación con el probar, probar y probar. La única manera de mantener activo el sistema como, de detectar las debilidades e implementar mejoras, es por medio de esta dimensión. Acá se elabora un Plan que abarque y ponga a prueba sistemas, procesos, grupos de respuesta, coordinaciones, comunicaciones entre otros (Phelps, R. 2010).
RESULTADOS
Como idea fuerza entonces, podríamos indicar que las organizaciones debieran tener herramientas con los requerimientos mínimos que permitan facilitar la respuesta a una crisis.
Como nota curiosa, uno puede observar que desde la ingeniería llevan décadas trabajando en la mantención preventiva, no como una nueva moda de la Ingeniería, sino como un pilar fundamental de las normas correctas de producción. Por otra parte, los Economistas llevan décadas diciéndonos cómo prevenir los abates de una crisis y como mitigar sus consecuencias.
Entonces, ¿son acaso estos conceptos tan difíciles de desarrollar e implementar? Lo cierto es que, la probabilidad de ocurrencia de una crisis está siempre presente, máxime en el siglo en el que nos encontramos donde las dependencias cruzadas entre organizaciones, las tecnologías, los medios de comunicación, etc., nos hacen más vulnerables.
También podemos decir, que normalmente las empresas no consideran en su horizonte el desarrollo de una planificación para enfrentar crisis, porque piensan que esto no les va a suceder, y que sólo le ocurre a la competencia o a otras industrias (INTOCABILIDAD).
Por ello es necesario identificar los factores de riesgos (MAPA DE RIESGO), a fin de poder evidenciar y determinar con anterioridad cuáles podrían ser las posibles causas que podrían desencadenar en una crisis. El poder identificar de dónde proviene y qué las origina, permite a la Dirección de la empresa tener un mejor diagnóstico   para enfrentar las posibles contingencias con mayores garantías.
En este caso, el poder realizar una revisión a los procesos complementado con una mirada externa, es decir una asesoría, ayudaría a dar mayor precisión respecto de los problemas y de cómo superarlos.
Antes y después de ocurrido un evento, la identificación y definición de las causas y sus orígenes, nos entregará un aprendizaje, una serie de lecciones aprendidas, que permitirá minimizar la probabilidad de riesgo de que vuelva a ocurrir así cómo, la forma de organizarnos y responder (RECURRENCIA).
Y por último, y es sin duda relevante, poder aprender de las experiencias vividas en este campo, para actualizar la asignación de roles y responsabilidades, así como los protocolos necesarios para enfrentar futuras crisis. Lamentablemente esto último, pocas veces ocurre en las empresas y organizaciones, porque están más preocupados de levantarse (mirando hacia atrás), que salir fortalecidos y preparar el futuro (RESILIENCIA)
En resumen sabemos, que predecir las crisis es un ejercicio prácticamente imposible, y que la experiencia indica que ninguna crisis es igual a otra, por lo que las reglas exactas no existen, por lo tanto el desarrollar un trabajo previo, nos permitirá minimizar el riesgo de ocurrencia, y de presentarse, se facilitará la respuesta a través de una organización preparada.
Por ello, cuando nos vemos enfrentado a una crisis, es nuestra planificación, conocimiento y entrenamiento de la misma, lo que nos da lineamientos claros y orienta para una acertada toma de decisiones.
EXPERIENCIA Y APLICACIÓN
Por ser un modelo que ha reunido las mejores prácticas de la industria de la respuesta a emergencias, continuidad operacional y gestión de crisis, es difícil identificar bibliografía al respecto que reúna e integre todo el modelo en una sola publicación, pero se han podido citar algunos textos, publicaciones y Normas Internacionales, que han sido la base teórica y empírica para el desarrollo del modelo.
Tanto en eventos de origen natural como en eventos provocados por el hombre, la aplicación del SIGMC ha permitido generar respuestas oportunas, coordinadas y eficientes, entregando a la organización, herramientas claves para la gestión de su crisis.
Casos reales como por ejemplo, el terremoto de magnitud 8.8 del año 2010 en Chile, vivido bajo la mirada de una línea aérea comercial, que implicó; afectación a personas (trabajadores, pasajeros, comunidad local), pérdida de las comunicaciones, daños en la infraestructura de aeropuertos y en pistas, lo que afectó fuertemente las operaciones entre las zonas más dañadas por el sismo, así como también las operaciones de vuelo, tanto en curso como los programados, desde/hacia Santiago a nivel nacional e internacional..
En este caso en particular se trabajó por niveles, auto convocándose y constituyéndose a pocas horas de haber ocurrido el sismo los Comités respectivos, tanto en Santiago (casa matriz), como en las filiales del resto de América, los cuales prestaban apoyo desde sus localidades. De inmediato comenzó a trabajar cada comité con su grupo de apoyo respectivo con el objetivo de conocer el estado de las personas, levantar los daños en infraestructura, y activar los planes de recuperación respectivos, lo que abarcó desde; identificar servicios afectados (comunicación e IT), reprogramar toda la operación, estableciendo inclusive puentes terrestres entre ciertos tramos.
En cuanto a comunicaciones, el rol de comunicaciones externas fue muy relevante a la hora de tener que buscar canales de información claros y creíbles, considerando la escasez de medios masivos de comunicación. También las comunicaciones internas fueron clave para mantener informado a la organización así como también para mantener la motivación de los equipos durante toda la crisis.
En este caso puntual el objetivo era recuperar la operación en el menor tiempo posible, focalizando atención en trabajadores y pasajeros afectados, con la misión de unir al país en el menor tiempo posible, Algunos de los resultados de trabajar de esta forma consiguió obtener los siguientes resultados:
·         Capacidad de reacción rápida: auto convocatoria de equipos, titulares y back ups preparados y entrenados con anterioridad, velocidad y eficacia en la toma de decisiones, poniendo foco en los problemas más críticos, creando soluciones simples, creativas y de rápida ejecución. Levantamiento de indicadores de recuperación fueron clave para identificar y priorizar los esfuerzos y los recursos.
·         Organización estructurada y preparada para enfrentar la crisis, con ejecutivos y equipos preparados y presentes todos los días mientras duró la crisis, equipos estables con roles bien definidos para cada aspecto, lo que logró ordenar las prioridades de recuperación, relevos entrenados que funcionaron para dar turnos de descanso a los trabajadores que participaban de la respuesta.
·         Trabajo en equipo, cercano a la operación, al tener claridad en la meta planteada por la empresa y comunicarla constantemente. Lo anterior permitió lograr una sinergia entre las áreas, con objetivos y lineamientos claros.
·         Acercamiento con proveedores críticos, el haber generado acercamientos y acuerdos previos, permitió a la empresa tener prioridad y acelerar las gestiones necesarias, pese a estar viviendo una crisis a nivel nacional, tales como, alimentación y alojamiento de equipos y pasajeros afectados, levantamiento de infraestructura provisoria tanto en el aeropuerto, hoteles, como en otras instalaciones de la empresa.
·         Cuidado de las personas, uno de los principales objetivos de la organización, no solamente con las personas afectadas con quienes se generaron campañas de ayuda, sino con los trabajadores que participaron permanentemente en la recuperación de la operación. Lo anterior implicó la capacidad de reconocer a la gente, preocuparse de sus familias, generar apoyo y contención psicológica, y mantener una relación estrecha con los sindicatos.
·         Aprendizajes adquiridos, una vez finalizada la crisis, se generaron instancias de trabajo, en las cuales se realizaron los cierres por cada equipo, reconociendo y analizando lo que se realizó bien como lo que era mejorable, identificando fortalezas y debilidades del sistema, logrando generar cambios a partir de ellos mediante planes de acción sociabilizados a la organización, la actualización de la Planificación, y la capacitación correspondiente a lo anterior.
Todo lo anterior se logró gracias a tener una empresa preparada para estos eventos, con plena identificación de sus riesgos y conscientes de sus impactos,  lo que evidenció que este modelo una vez desarrollado e integrado, facilita la interacción en 360°, mostrando las dimensiones que se movilizan al impactar a la organización, favoreciendo la escalada a otro tipo de situaciones como accidentes con víctimas masivas, eventos con daños en el medio ambiente, problemas de comunidades, como otros eventos de mayor o menor impacto,.
En consecuencia, una vez internalizado y sociabilizado el SIGMC en una organización, uno de sus objetivos iniciales es generar una metodología que permita la interacción oportuna y eficiente bajo un concepto de escalabilidad de los recursos, relacionamiento stakeholders, recuperación operacional y continuidad de negocios. 
CONCLUSIÓN
En conclusión, podemos afirmar que una planificación desarrollada con anticipación, difundida y conocida, y además entrenada, permitirá a las organizaciones estar preparadas para enfrentar sus escenarios más difíciles, permitiendo responder a sus empleados y la comunidad, protegiendo su marca, asignando eficientemente los recursos y recuperar con prontitud su continuidad operacional.
Como sugerencia entonces, recomendamos que las organizaciones desarrollen, difundan y entrenen con anterioridad su Planificación, en el periodo de calma, de manera que estén preparados para enfrentar de manera organizada y coordinada, cualquier incidente que pueda escalar y terminar en una Crisis, impactando directamente en sus operaciones, imagen y afectando el estado de resultados de ésta, lo que puede traducirse finalmente en la salida de la organización del mercado. 
Y de igual modo que anualmente se asignan presupuestos para el desarrollo de sus planes de Marketing, Ventas, Seguridad y Prevención de Riesgos, y otros, creo necesario considerar en el presupuesto anual, una asignación que permita el desarrollo de la Planificación de Gestión y Manejo de Crisis, cómo en Respuesta a Emergencias, lo que fortalecerá, en definitiva, la resiliencia operacional.
En este línea de pensamiento, la posibilidad de externalizar esta función es una opción bastante atractiva, si consideramos que quienes realicen esa tarea, sólo deben dedicarse a pensar y planificar las acciones centradas en reducir esas incertidumbres, dejando a la empresa ocuparse de los asuntos del día a día, que bastante tiempo consumen.
Una vez interiorizado lo indicado en éste artículo, se facilitará que cada empresa al momento de enfrentar una Crisis, cuente con un recurso estratégico agregado y diferenciador que le permita una pronta recuperación de sus operaciones a través de:
·         Una gestión y manejo adecuado de la situación,
·         Una correcta y eficiente asignación de recursos,
·         Un manejo oportuno informado a sus stakeholders,
·         Un posicionamiento como una organización líder y socialmente responsable.
Como sea, dentro o fuera de la organización, no cabe duda que las empresas y organizaciones debieran ser capaces de enfrentar y desarrollar prácticas de prevención y mitigación de una crisis y del impacto que esta puede causar a la continuidad del negocio y a la imagen y marca de las mismas.

Por lo anteriormente expuesto es válido preguntarnos….. ¿Estamos preparados?

viernes, 29 de julio de 2016

Riesgos de operación de una terminal de regasificación: temores recurrentes 

Articulo publicado por Nuestromar



(FNM) Las recientes declaraciones televisivas formuladas a la ligera por el y político Aldo Pignanelli, reavivando preocupaciones sobre riesgos asociados a las de y regasificación en puertos argentinos, fueron abordadas en un artículo publicado días atrás por el prestigioso sitio lanueva.com, reproducido en esta página. Como un aporte al tema, consultamos a Jan Kok, consultor independiente en temas marítimos, con vasta en esta particular . Esto nos dijo.
“La primera de GNL se hizo en enero de 1959 en un buque especialmente diseñado, llamado “Methane Pioneer”. Cargó unos 5.000m3 en Louisiana para el Reino Unido. En 1964 Shell construyó dos buques de mayor porte (24.000m3) y comenzaron a transportar GNL desde Argelia al Reino Unido.
En 1969 se inició también un tráfico regular entre Alaska y Japón con buques ya de 71.500m3. En los ’70 el GNL empezó a “tomar vuelo” con plantas de licuefacción en Argelia, Indonesia, Emiratos Árabes y esto siguió creciendo hasta la fecha.
A principios del siglo actual el GNL tomó nuevo ímpetu con terminales de regasificación nuevas en zonas también nuevas. En tanto que hasta entonces todas las plantas de regasificación habían sido construidas en tierra, en 2007 Petrobras licitó la primera instalación sobre un buque (típicamente conocidos como FSRU: Floating Storage and Regasification Unit, o unidad flotante de almacenaje y regasificación). Rápidamente, esta alternativa fue reconocida como una vía rápida de ingresar al mercado de GNL para satisfacer la creciente demanda de energía y, a la fecha, ya existen 21 buques de este tipo de los cuales 16 operan como regasificadores (dos de ellos en Argentina), en tanto que hay 6 adicionales en construcción.
Aunque ya hace más de 50 años que el GNL es transportado por buques, todavía existe la percepción de que es peligroso, y en muchos casos es considerado un riesgo inaceptable. La realidad es otra. Hasta la fecha los únicos accidentes que se produjeron con consecuencias importantes, incluso fatales, fueron en instalaciones de licuefacción. Los accidentes registrados con buques, fueron varaduras, colisiones menores y pequeños derrames causados por fallas en la operación, sin consecuencias ambientales ni de otro tipo.

Accidentes creíbles
El evento máximo creíble se define como el peor accidente de cada tipo considerado plausible o razonablemente creíble. Su análisis y las posibles medidas de salvaguarda constituyen el método para minimizar riesgos por prevención o mitigación. Esto incluye el rango entero de posibles eventos, hasta los más improbables. Esta metodología es la utilizada como base, en el mayor número conocido de regulaciones.
Los escenarios estudiados estipulan una serie de posibles daños y sus consecuencias:
a) 0,25 m  Máximo diámetro creíble de orificio causado por una “pinchadura”
b) 0,75 m  Máximo diámetro creíble de orificio ocasionado por un evento operativo accidental
c) 1,5 m (1.7 m2) Máximo orificio creíble por un evento terrorista
d) 7.000m3/hr Máximo evento de derrame operacional creíble (10 minutos)
e) 10.000m3/hr Máximo evento de sabotaje creíble (60 minutos)

Percepciones
Existen varias asunciones erróneas respecto al GNL que requieren aclaración. El GNL no explota en la forma que se percibe una situación catastrófica. El GNL puede generar pequeñas explosiones cuando “toca” el agua, que son llamadas “Fase rápida de transición” (traducción del Ingles RPT: Rapid Phase Transition), o también “explosión sin llamas”. El volumen de GNL en su estado líquido, a -162 grados, no puede producir incendios.
Los estudios de peor escenario para una liberación masiva de GNL  han determinado que el mayor riesgo es por incendio en la superficie del agua, lo que ha determinado zonas de exclusión de 1,5 KM con el mayor riesgo dentro de los 500 m de los buques. En tests efectuados en la terminal de Montoir en 2007 sobre 35 metros de superficie la emisión de calor llego a un techo de 170KW/m2 con tendencia a decrecer por la saturación de gases de combustión incompleta.
La tecnología empleada y las reglamentaciones que se han puesto en vigencia hacen que la ocurrencia de derrames accidentales sea casi imposible. La mayoría de los estudios se han basado en posibles actos intencionales.
Los posibles efectos de ataques terroristas tampoco son plausibles dada las gruesas paredes de los cascos y tanques (doble pared). Solo armas de muy alta capacidad serían capaces de generar una ruptura de tanques y una liberación masiva de GNL.
Estudios hechos sobre la base de un volumen de derrame del orden de los 10.000 m3 (evento terrorista o de alto nivel de sabotaje) indican que el riesgo de incendios por vapores de gas puede llegar hasta las 3 millas (4,9KM) del buque si se dieran las condiciones de evaporación, vientos y diferencia de temperatura, según un estudio preparado por la Comisión de Servicios Públicos del estado de California para la Comisión Federal de Regulación de Energía.

Experiencia
Como referencia, hay terminales en lugares tan poblados como Hong-Kong, puertos chinos, centrales eléctricas japonesas, rías españolas, donde no hay registro de accidentes complicados. En Europa la terminal de Montoir, a 20KM de Nantes esta en operaciones desde 1980 sin incidentes. En la misma, aparte de las instalaciones en tierra también se han hecho operaciones de transbordo por razones comerciales entre buques, también sin problema alguno.
Es de entender que el GNL sea percibido como potencialmente peligroso para aquellos que conviven en cercanía de terminales. Los hechos, sin embargo,  demuestran lo contrario. No solamente resultan mínimos y muy lejanos los registros de eventos importantes sino que en los últimos años las reglamentaciones se han hecho cada vez más rígidas y coincidentes en la prevención y posible mitigación de problemas. Esto especialmente en los últimos 10 años, a partir de la fenomenal expansión del comercio de GNL. Dentro de esta expansión es notable la participación de FSRU donde hay 16 operando continuamente, 5 en forma alternativa y, a Mayo de 2016, 29 proyectadas para lo que hay solamente 6 unidades en construcción”.

NUESTROMAR 
29 Julio 2016

viernes, 10 de junio de 2016

UN NUEVO DESAFÍO PARA LAS EMPRESAS E INSTITUCIONES “LEY DE GESTIÓN DE RIESGOS Y EMERGENCIAS”

Ley del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias en Chile, una nueva relación entre el sector público y privado.


“Ley de Gestión de Riesgos y Emergencias” ¿Cuál será el rol que tendrán las organizaciones privadas en el Proyecto de ley que establece un Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias?

El pasado mes de marzo, en la Tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas llevada a cabo en Sendai, fue aprobado el Nuevo Marco para la Reducción de Riesgos de Desastres 2015-2030. En esta ocasión, entre las prioridades que se marcaron como relevantes para este periodo, destaca la número 2, que hace referencia a fortalecer la Gobernanza del riesgo de desastres para gestionarlo, donde se detecta la necesidad de contar con objetivos claros, planes, competencias, directrices y coordinación en todos los sectores.
¿Qué se requiere entonces, para fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres en todas las fases de la gestión de riesgos?
Para esto, es necesario fomentar la colaboración y las alianzas entre instituciones de todos los sectores, desarrollando marcos nacionales y locales de leyes, regulaciones y políticas públicas que definan distintas funciones y responsabilidades y ayuden a los sectores tanto públicos y privado. Si lanzamos la mirada sobre Chile, ya en la pasada legislatura, se puso en marcha un Proyecto de ley en la que se proyectaba, entre otros aspectos, asignarle a la Oficina Nacional de Emergencias, la entidad de Agencia Autónoma. En días pasados, ese Proyecto de Ley se ha visto modificado con un nuevo alcance: crear un Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, además de sustituir a la ONEMI por el denominado Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias. Finalmente el Senado de Chile, aprobó en general el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece el Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil y crea la Agencia Nacional de Protección Civil. Si cruzamos y comparamos este nuevo Proyecto de ley con la citada prioridad del Marco de Sendai, destacamos entonces, como en ambas ocasiones se menciona la necesidad de coordinarse entre todos los sectores, matizando el sector público y privado, entre otros. En este sentido, el nuevo Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias involucra ente otros, a todos los órganos del Estado, así como a las entidades del sector privado, organizaciones gubernamentales y comunitarias, manteniendo una visión escalable, desde lo Local a lo Nacional. Por lo tanto, lo que se viene requerirá el desarrollo y fortalecimiento de las organizaciones – públicas y privadas – en temas relacionados a planificación, preparación, coordinación, capacitación y entrenamiento, en materias que les permita actuar de manera coordinada, oportuna y eficiente.
Ahora, y centrándonos en el rol de los privados en el nuevo Sistema Nacional, se desarrollan en el articulado del Proyecto de Ley, aspectos fundamentales en lo que a las organizaciones privadas se refiere:
- “Deberán responder en el momento propicio en cada fase de la emergencia de acuerdo a las responsabilidades establecidas en cada una de ellas, aplicando adecuadamente los planes, normas e instrumentos dictados por las autoridades competentes en el marco del Sistema” Aquellas entidades privadas que provean servicios de utilidad pública o sean esenciales para la respuesta podrán ser convocados y coordinados por el COE como apoyo.
- El Sistema está conformado por el conjunto de entidades públicas y privadas que se señalan e incluye las normas, políticas, planes y otros instrumentos de gestión, que se organizan desconcentrada o descentralizadamente y de manera escalonada, desde el ámbito comunal, provincial, regional y nacional para garantizar una adecuada gestión de las fases del ciclo de riesgo.
- Establece que la Gestión de Riesgos y Emergencias corresponde al proceso continuo de la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas, planes, programas, regulaciones, instrumentos, estándares, medidas y acciones permanentes para el conocimiento y la reducción del riesgo, así como a la organización y gestión de los recursos, potestades y atribuciones que permitan hacer frente a los diversos aspectos de las emergencias y la administración de las diversas fases del ciclo de riesgo, y que involucrará tanto a los órganos de la Administración del Estado, cuya participación sea requerida, así como a las entidades del sector privado cuya participación les sea solicitada.
- El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Crisis “podrá requerir de los organismos privados con capacidades humanas, operativas y materiales para la gestión de riesgos y emergencias, información respecto a sus medios y recursos, que sean necesarios para el cumplimiento de sus funciones.” Con ello, elaborará un registro de organismos donde se precisen sus capacidades y así tener centralizada toda la información crítica de las empresas privadas en el Plan Nacional.
- En la Política Nacional, los órganos de la Administración del Estado que se individualicen, deberán elaborar una serie de Políticas Sectoriales de Gestión de Riesgos y Emergencias donde, entre otros, serán convocadas: “ las entidades privadas ligadas a su sector o sometidas a fiscalización o supervigilancia, como también las entidades que administren o provean servicios de utilidad pública o aquellos que, según las disposiciones de la ley 19.880 sean esenciales en la gestión de riesgos y emergencias”. Estas Políticas Sectoriales, una vez aprobadas, serán vinculantes. Como observamos, uno de los ejes centrales para la Nueva Institucionalidad y, en definitiva, para el futuro Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Crisis es precisamente la instancia colaborativa público-privada, y el rol protagonista que esta última adquiere en cuanto a la planificación de la gestión de riesgos y emergencias que se desarrolla. Por ello, es crítico y recomendable estar preparados, incorporando un sistema de gestión de emergencias y crisis formalizado, interiorizado por la organización, no sólo como una anticipación a lo que se avecina, sino porque ciertamente es la mejor garantía de fortalecer a cada organización, mejorando su sistema de respuesta, ante la amenaza de cualquier tipo de evento que pueda generar una crisis y por ende, una pérdida de la continuidad operacional y de negocios. Lo anterior, facilitará la coordinación y respuesta entre el mundo público y privado, como también, beneficiará la recuperación y continuidad de las operaciones de las empresas que se encuentren afectadas por la crisis.


María Jesus Pérez Cotta
Consultor Senior en Manejo de Crisis
Emergency Response Consulting

viernes, 14 de noviembre de 2014

COMUNICACIONES EN CRISIS Y WHATSAPP. ¿SOLUCIÓN SIMPLE O RIESGO EXTREMO?


Producto del vertiginoso avance de los sistemas de comunicaciones y de la masificación de los Smartphones en nuestro país, muchas empresas han implementado dentro de sus operaciones, aplicaciones gratuitas y/o pagadas, esto dado el posicionamiento que han alcanzado como solución práctica, segura e instantánea ante la necesidad de transferencias de información en tiempos normales o de una contingencia.

Asombra el uso exagerado que han dado las algunas organizaciones a estas herramientas ante eventos críticos como sismos, accidentes masivos, incendios, etc., considerando que tanto la telefonía móvil como otras herramientas tecnológicas han demostrado colapsar y poner en riesgo la conexión y continuidad de las operaciones de las empresas.

En varias de nuestras asesorías con clientes de distintas industrias, al comenzar a revisar sus sistemas y canales de transferencia de información,  han manifestado que WathsApp ha sido la solución a sus requerimientos al momento de verse enfrentados a eventos críticos, organizando con eta aplicación;  grupos de comunicaciones, sistemas de acertamiento e incluso,  como sistema de activación.

Por lo anterior, los quiero invitar a revisar que significa utilizar esta herramienta como sistema de transferencia de información y comunicaciones y ha cerciorarse de cuan delicada puede ser esta situación y cuan expuesta queda la información que transmitimos por estos medios.

Aclaro que esta información es pública y se encuentra incorporada a las políticas de administración de la aplicación. Veamos.

Cuánto sabemos de los permisos que le damos a esta aplicación al instalarla en nuestros celulares?
Lo que ocurre con WhatsaApp, plataforma popular de mensajería instantánea, es que al instalarlo se apodera de una serie de datos personales, que incluso alcanza a nuestras conductas.
En un pequeño ejercicio elaborado por CNN Expansión, se evidenciaron 8 ítems que son autorizados por el usuario, sin que este tenga plena conciencia al momento de  instalar la aplicación.

Les propongo que revisemos y pensemos, si aun así, estaríamos de acuerdo con utilizar WhatsApp, ante un evento crítico que afecte nuestras operaciones. Un buen ejercicio para reflexionar al respecto  es considerar qué información que estaríamos transmitiendo y haciendo pública respecto a nuestras decisiones y operaciones por medio de las empresas administradoras y controladoras de estas aplicaciones.  

1 – Contactos: WhatsApp puede acceder a tus contactos y libreta de direcciones, aunque -dicen- sólo para hacer efectivo el servicio, sin recopilación de nombres, direcciones o correos.

2 – Rastreo: Cuando ingresas al sitio de WhatsApp, una serie de cookies se instalan en tu computador o dispositivo, las que quedan alojadas incluso tras haber cerrado el navegador. Ello permite rastrear lo que navegas.

3 – Comportamiento: Cuando usas el navegador, la cookie envía los datos a los servidores de WhatsApp con IP, tipo de equipo, página, orden de visitas, dominios, cantidad de clicks y tiempo de estancia en ellas.

4 – Emociones: La app además recopila los status submissions (presentaciones de estado); es decir, las veces que dices estar ocupado o disponible, así como tu foto de perfil y la los horarios de conexión.

5 – Permiso de estudio: Con lo anterior, WhatsApp se reserva el derecho de hacer, reproducir, distribuir y preparar trabajos sobre tus presentaciones de estado.

6 – A todo el mundo: Tu foto de perfil y cuenta es visible en todo el mundo, quienes tengan tu número. La única forma de evitar ello, es bloqueando al usuario pero si no sabes quién te tiene, no te servirá de mucho.

7 – Agregador: WhatsApp tiene el permiso de constantemente ingresar a tus contactos para saber cuáles usan la aplicación.

8 – Datos en sus servidores: La aplicación también se quedará con tus fotos, videos, audios, contactos y ubicaciones, que quedará almacenada en sus servidores, aunque se afirma que podrían ser borrados tras un tiempo.

9 – Seguridad: Hace poco tiempo, dos hackers que fueron entrevistados en televisión, lograron hackear una cuenta de Wathsapp a vista y paciencia de todos los telespectadores, bajo un proceso simple


Como notarán, estas son algunas de las cosas que WhatsApp sabe de nosotros y que probablemente ignorábamos.
Existiendo actualmente en el mercado de la gestión de crisis ofertas de software y plataformas de alertamiento y comunicaciones seguras y redundantes, ¿aún piensan que es aconsejable sostener la seguridad de nuestras comunicaciones y de nuestras  operaciones (probablemente de millones de dólares), en una aplicación gratuita?  

Todos estos datos pueden ser revisados en el sitio oficial de WhatsApp, en sus Términos y Condiciones de Uso.